Piedra, papel o tijera

—Peque, no te vas a creer lo que me ha pasado hoy.

Estaba distraído con mi móvil esperando la guagua en la parada de autobús y de repente un desconocido se acerca y me pregunta:

“¿Jugamos a piedra, papel o tijera?”

Me pilló de sorpresa. “El que gane decide el siguiente juego”, me explicó.

¿Sabes qué hice?

—¿Jugaste? —preguntó insegura.

—¡Correcto! ¡Jugué! Adivina quién ganó…

—Si me lo estás contando es porque ganaste tú, ¿a que sí?

—¡Exacto! Saqué piedra y él tijera.

“¿A qué jugamos ahora?” me soltó de inmediato. A lo que, sin pensarlo, respondí:

“Al juego de la felicidad”.

Me miró extrañado y divertido, “¿y a eso como se juega?”—me soltó.

Recuerda que estábamos en medio de una parada de guaguas.

Le expliqué que “el juego de la felicidad” era un libro, “la felicidad puede ser un juego, si sabes como jugarlo”. Tras unos segundos de incómodo silencio, me confesó que le había sorprendido mi respuesta, y que compraría el libro hoy mismo.

Me pareció algo muy loco. Y muy mágico.

Mientras se alejaba, me miré las manos con curiosidad mientras en mi mente se repetían las palabras “Piedra, Papel, Tijera”.

Y pensé en ti.

De pequeña, me preguntaste una vez:

“Papá, ¿ser feliz se aprende o se gana?”

Aquel día no supe qué responderte.

Así que me pasé años intentando averiguarlo. Ya sabes; leí libros, hice cursos, probé nuevos hábitos, desinstalé otros, afirmaciones frente al espejo…

Hasta que un día, en silencio, después de meditar, me pregunté a mí mismo:

“¿Y si la felicidad no es una meta, sino un juego?”

Un juego que nadie nos enseñó, pero que todos intuimos.

Me propuse descubrir sus reglas, aplicarlas y ver los resultados.

Y así fue como escribí mi primer libro “4.5 el juego de la felicidad”.

La felicidad puede ser un juego. Un juego que no tiene reglas complicadas.

No hay ranking, ni medallas.

En esa parada de guaguas, pensando en ti, descubrí algo mágico, otro juego de la felicidad relacionado con la piedra, el papel y la tijera.

Tres movimientos, y tres recordatorios:

  • Suelta lo que pesa.
  • Escribe lo que importa.
  • Corta lo que te aleja de ti.

La piedra. El papel. La tijera.
Así de sencillo, así de simple.
Eso, y la actitud de elegir volver a jugar.

Si alguna vez te sientes desconectada y olvidas cómo…
Si algún día el mundo te hace creer que la felicidad está lejos,
recuerda esto:

Tú inventas el juego.
Tú decides qué es ganar.


Y yo…
yo siempre estaré jugando contigo. ¿Jugamos?

🎁 Tú regalo

🎁 Si quieres comenzar a jugar, he preparado un regalo para ti.
Descarga aquí el PDF con las 3 reglas y empieza a jugar tú también.

Solo deja tu nombre y tu email y te lo envío directo.

Translate »